Antonio MuñozLos últimos días de noviembre, del 68 mexicano, se respiraba en las escuelas un ambiente de miedo, represión, muerte, frustración, derrota e impotencia. Inicia su reflexión el doctor René Rivas, durante el encuentro de los historiadores del STUNAM y estima que otros sectores que se han concientizado en estos cuatro meses continuarán con la antorcha que nosotros un día encendimos.
Fue justamente en esta novedosa cultura política que el 68 mexicano nos había heredado en donde empezaría a gestarse y desarrollarse al que nosotros, en la academia, hemos denominado como el sindicalismo universitario de nuevo tipo: es una modalidad teórico-práctico en el actuar sindical que tuvo la audacia, inteligencia, valentía y la dignidad de conformarse fuera de los parámetros políticos e ideológicos que por años le había impuesto el corporativismo.
En su plática a los delegados sindicales, René Rivas, expuso que el sindicalismo de nuevo tipo que se comenzó a observar en la década de los setenta en la UNAM, y poco tiempo después en el resto de los centros de educación, es resultado de una amalgama de factores sociopolíticos y económicos que poco a poco fueron coadyuvando en crear condiciones objetivas y subjetivas. Entre las objetivas se inscribe el agotamiento del modelo de desarrollo estabilizador y, en esa tesitura, el deterioro salarial de trabajadores administrativos y académicos, al evidenciar la proletarización del trabajo intelectual.
Para entender el sindicalismo universitario de nuevo tipo en la UNAM se deben considerar las condiciones subjetivas de carácter político como el proceso de politización que tuvo lugar en el seno del sector administrativo durante las movilizaciones de 1968 y 1971. En la década de los setenta se demostraría cuánto habían aprendido, asimilado de las enseñanzas, experiencias organizativas y de movilización de lps otrora activos estudiantes de los años sesenta.
René Rivas, se apoya en la historia, para considerar que los trabajadores de la UNAM transitaron de ser simples espectadores y aprendices de la política en los años sesenta a grandes maestros en el proceso de organización y movilización. Y apunta que una de las primeras acciones del sindicalismo universitario fue la conformación en las postrimerías de 1971 del STEUNAM; el cual un año después llevó a cabo una histórica huelga de 86 días tras la cual conquistó el Convenio Colectivo de Trabajo, base del Contrato Colectivo de Trabajo.
En el verano de 1974, los académicos de la UNAM, conformaron el SPAUNAM, agrupamiento que estalló su primera huelga, gracias a la cual fue conquistado el Título de las condiciones gremiales que hasta finales de los años ochenta fungió de facto como Contrato Colectivo de Trabajo.
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| Dr. René Rivas durante el Encuentro de Historiadores sobre Sindicalismo Universitario |
El 27 de marzo de 1977, estos dos agrupamientos determinaron fusionarse para conformar un sindicato único; el STUNAM, que pugnara por la conquista de los derechos plenos, tales como la sindicalización, contratación colectiva y la huelga, hasta ese momento en estado de indefensión.
El STUNAM estalló su primera huelga en junio-julio, uno de los movimientos sociales más trascendentes e impactantes de la década de los setenta. Logró sentar las bases para una subsecuente regulación legal de los derechos de sindicación, contratación colectiva y huelga en las instituciones educativas autónomas por Ley.
El movimiento, logró detener de facto el proyecto reaccionario del rector Guillermo Soberón en el sentido de crear un Apartado “C” en el Artículo 123 que restringía derechos en las universidades públicas.
El Congreso de la Unión legisló sobre aquellos aspectos que de una u otra manera habían estado presentes en la discusión que generó la huelga de 1977. Y aunque la huelga no logró lo que buscaba, los resultados fueron mejores, como señala José Woldenberg: que la autoridad universitaria, aliada con sectores gubernamentales y privados, no logró desmantelar al STUNAM y auspiciar el sindicalismo blanco. La organización sindical logró sobrevivir quedando prácticamente intacta y ha logrado sobrevivir por 35 años.
