Lorena Hurtado del Valle.- En septiembre de 2013, los huracanes Ingrid y Manuel dejaron devastados diversos municipios del Estado de Guerrero. Las fuertes lluvias destrozaron pueblos, caminos, comunidades, puentes, carreteras, derrumbaron postes y cables de luz; por lo tanto, se quedaron sin ningún medio de comunicación, lo que llevó a sus pobladores a no poderse trasladar ni salir de sus entidades.
Las lluvias arrastraron enormes piedras, derrumbaron árboles de gran tamaño, tierra, fundamentalmente las siembras, dejando sin alimentación a cientos de familias para todo el año; lo que condena a estos pueblos a vivir o a esperar sufrir una gran hambruna por el resto del año, ya que no tienen ningún soporte económico y alimentario.
Los gobiernosfederal y local fijaron más, como siempre, su atención y proporcionaron ayuda inmediata a las comunidades más visibles, como son los centros turísticos, dejando en último lugar y en muchos casos sin atención a aquellas comunidades de municipios más alejados de los medios de comunicación.
Personas que provienen de ese Estado y que laboran en la UNAM, al enterarse del desastre han pedido apoyo al Comité Ejecutivo encabezado por el ingeniero Agustín Rodríguez y al Consejo General de Representantes, para establecer un centro de acopio y poder llevarle ayudaa sus paisanos. El apoyo se dio inmediatamente y se les otorgaron todas las facilidades, el espacio y medios para que la comunidad universitaria que estuviera dispuesta ayudar les llevara alimentos a las oficinas del Sindicato en Comisiones Mixtas Contractuales.
Se llevó a cabo la recolección de víveres que, gracias al apoyo de delegados, trabajadores, académicos, estudiantes y personas ajenas de la UNAM, llevaron productos a las oficinas en donde se encontraban recibiéndola personas de aquella comunidad, junto con el licenciado Pedro Gante, Secretario de Trabajo Administrativo; incluso se colocaron centros de acopio en algunas dependencias como la Tienda UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Preparatoria 2 y 9, entre otras.
Con todo lo colectado se armaron despensas que fueron llevadas por Juana y María Lagunas, Bertha Palacios, José Manuel y Ángel Mendoza, a las comunidades de Valle Luz y Santa Catarina, municipios de San Miguel Totolapan, Guerrero. Aun con todos los inconvenientes que tuvo el tráiler por los daños de la carretera, la ayuda llegó. Allí los estaban esperando los pobladores que hicieron una cadena humana para poder subir las despensas a las camionetas que se encontraban del otro lado de un puente provisional y que se encargaron de llevarlas a cada una de las familias.
Las comunidades beneficiadas están sumamente agradecidas con todas las personas que pusieron su granito de arena y les hicieron llegar estas despensas a sus mesas, ayuda que recibieron con una gran sonrisa y esperanza.
