EDITORIAL
Por la libertad de
expresión, defensa contra el asesinato de periodistas
Recientemente,
uno de los directivos del semanario francés Charlie
Hebdo, que sufrió un grave atentado contra sus colaboradores, manifestó
interés y solidaridad con los periodistas de México. Sin embargo, según lo ha
expresa uno de quienes han tomado la defensa de los periodistas, y por tanto de
la libertad de expresión, hasta ahora la UNAM no participa institucionalmente
en esta causa, más allá de eventuales conferencias y mesas redondas que
organizan algunos profesores.
Es
posible dar los nombres de, al menos, 114 personas que han sido asesinadas del
año 2000 al 2014 por su vinculación al ejercicio del periodismo. Los datos
provienen, en distintos momentos, de la Cámara de Diputados, del Centro
Nacional de Comunicación Social, Reporteros sin Fronteras y, más recientemente,
de los reportes periódicos de Artículo 19 y la Casa de los Derechos
dePeriodistas
Las estadísticas sobre el número de víctimas son aún
imprecisas e inconsistentes. Existe, además, una “cifra negra” debido al propio
silencio de las víctimas y familiares que no denuncian por desconfianza de las
autoridades.
Por tanto, la colaboración abierta y explícita de UNAM
sería necesaria para avanzar en la defensa de estos profesionales, ya que es
necesario propiciar la discusión y consenso entre instituciones que apoyen para
lograr una sola metodología del monitoreo y análisis de los agravios a
periodistas.
La UNAM podría firmar un convenio de colaboración con
elgobierno federal para establecer un programa especial de investigación
multidisciplinaria sobre fortalezas y vulnerabilidades de los periodistas
mexicanos, programa que debería recomendar la legislación necesaria de los
derechos para ejercer y políticas públicas (en educación continua, protección
social, organización profesional y otras), más allá de las medidas cautelares.
También el alma mater podría firmar un convenio con la
CNDH que instituya un programa académico para realizar el seguimiento a las
recomendaciones que ésta ha emitido sobre libertad de expresión y agravios a
periodistas y del funcionamiento de las instituciones que deberían proteger el
ejercicio del periodismo, como factor base de la libertad de expresión.
Igualmente, crear en alguno de los institutos de la UNAM
un programa de investigación y extensión académica, con periodistas
experimentados que sientan, que conozcan su profesión y el fenómeno de
agravios, para ofrecer talleres de autoprotección y de actualización continua a
periodistas de todo el país que les faciliten la titulación por experiencia,
aunque no hayan estudiado en la UNAM.
El STUNAM, que se ha caracterizado por su apoyo solidario
a los diversos sindicatos y organizaciones sociales que requieren de su ayuda,
no puede pasar por alto las demandas de socorro por la existencia que le hacen
las agrupaciones de trabajadores de la información, que actualmente son
victimados impunemente tanto por el crimen organizado como por los agentes
gubernamentales que buscan acallarlos.