Entre otros puntos de la sesión ordinaria del H. Consejo Universitario
del 5 de diciembre, antes de iniciar con el orden del día, se guardó un minuto
de silencio por los sucesos en Iguala y el sensible fallecimiento, del investigador
Arnaldo Córdova, quien fue investigador emérito del Instituto de
Investigaciones Sociales y del Sistema Nacional de Investigadores, y el 18 de
julio, de Gonzalo Gutiérrez Trujillo, quien fue integrante de la H. Junta de Gobierno
de la Universidad entre 1984 y 1996.
Posteriormente y como
parte del proceso de renovación del Consejo Universitario, rindieron protesta los
consejeros universitarios propietario y suplente representantes de los
investigadores del Instituto de Investigaciones Filológicas, los directores de
las facultades de Ciencias, de Odontología y de Estudios Superiores Zaragoza,
así como la Directora General de la Escuela Nacional Preparatoria y los
directores de los Institutos de Geología, de Investigaciones Jurídicas, de
Ciencias Físicas, de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, y de
Investigaciones Estéticas, respectivamente.
Por parte de la Comisión
de Presupuestos, se presentó y aprobó el Proyecto de Presupuesto correspondiente
al ejercicio 2015, que asciende a 37 mil 755 millones 686 mil 350 pesos. Del
monto total, 33 mil 563 millones 781 mil 350 pesos corresponde al subsidio del Gobierno
Federal y 4 mil 191 millones 905 mil pesos a la suma de los ingresos propios
que generan las entidades y dependencias universitarias.
Así mismo, conforme se
estableció en el orden del día de la sesiónOrdinaria fueron comentadas una serie
de consideraciones en torno a los acontecimientos ocurridos recientemente en
Iguala, Guerrero. El pronunciamiento de los representantes de
los trabajadores administrativos ante ese Consejo, versó sobreel problema de la
violencia, la inseguridad, la ineficacia de las instituciones del Estado
mexicano, pero sobre todo la corrupción en todos los niveles de gobierno, se
encuentran en el centro de la agenda nacional. La sociedad en general ha salido
a las calles a reclamar justicia. Después de la ejecución sumaria ocurrida en
Tlatlaya, Estado de México, el 30 de junio pasado y la desaparición forzada de
estudiantes normalistas en Iguala, Guerrero, el 26 de septiembre del año en
curso, México es otro.
Al interior de la Universidad Nacional
Autónoma de México la demanda ha hecho fuerte eco, pero no sólo eso, sino que
nuestra institución ha sufrido permanente acoso por parte de corporaciones
policiacas, en particular en contra del sector más desprotegido: los
estudiantes.
Momentos como éste, exigen de la
comunidad universitaria la mayor unidad posible. Este pleno del Consejo
Universitario, donde se encuentran representados todos los sectores de nuestra
máxima casa de estudios, debe pronunciarse por la defensa de la autonomía
universitaria, por el rechazo al acoso y las detenciones ilegales de sus
estudiantes, exigir que se haga justicia conforme a la ley, contra los autores
materiales, intelectuales y por omisión, de los hechos antes mencionados y del
asesinato de los otros seis estudiantes en Iguala, Guerrero.
Los acontecimientos violentos del
sábado 15 de noviembre del año en curso, significan una flagrante violación a
la autonomía universitaria. así como la detención de estudiantes de nuestra
institución, y presencia permanente de la policía en los alrededores de las
instalaciones de CU, representan además una
grave afrenta en contra de nuestra comunidad y enrarecen aún más el
ambiente.
En nombre de los trabajadores
administrativos, los siete integrantes
de este Consejo Universitario rechazamos la violencia, provenga de donde
provenga. Nos manifestamos por la defensa de nuestra máxima casa de estudios y
el respeto de su autonomía proclamada en el artículo 3° constitucional. Por la
presentación con vida de los 43 normalistas desaparecidos y repudiamos
enérgicamente la presencia de elementos policiacos al interior y en los
alrededores de las instalaciones universitarias.
Porque el espíritu de esta universidad
emana y abreva en el anhelo de un mejor país
Los trabajadores ponemos a
consideración de este H. Consejo Universitario estos planteamientos para que
contribuyan al pronunciamiento que posiblemente habrá de salir de esta
instancia de gobierno. Juan José Hernández Yáñez, Octavio Solís Jiménez, Mario
González González, José Castillo Labra, Benito Cristóbal Ortíz y Marycarmen
Larralde Hurtado y la de la voz Martha Villavicencio Rivera
A propuesta del
Consejo Técnico de la Escuela Nacional de Música, el H. Consejo Universitario
en su sesión del 5 de diciembre, en cumplimiento a lo establecido en el
Estatuto General de la UNAM, aprobó por votación unánime, la transformación de
la Escuela Nacional de Música en Facultad de Música, con la consecuente
modificación en el mencionado Estatuto y demás normatividad universitaria que
contempla el nombre de Escuela Nacional de Música. Martha Villavicencio, sobre
el tema indicó, que de
aprobarse la transformación de la
Escuela Nacional de Música en Facultad, la UNAM atendería un antiquísimo anhelo
de una comunidad que ha puesto en alto el nombre de nuestra institución. Así
mismo, respondería a las necesidades y demandas del desarrollo humanístico, lo
que se traduce en una importante reforma que contribuye a la consolidación de
uno de los proyectos culturales más importantes del país. Con esta iniciativa se continúan construyendo
opciones que responden a los requerimientos de una formación de profesionales
en las artes, capaces de contribuir a la renovación del pensamiento artístico,
ya que refuerza el nivel de estudios de posgrado y consolida la investigación
en las humanidades.
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