miércoles, 11 de septiembre de 2013

Presentan en México libro del dibujante Armando Gámez Padrón








*artículo publicado en MUNDIARIO, periódico de España el 10 de septiembre de 2013. por Francisco Puñal Suárez


Llama poderosamente la atención el sentido crítico y satírico del primer libro del talentoso dibujante mexicano Armando Gámez Padrón, “Lejos de la línea”, editado por el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM), y presentado ante numerosos colegas y un público admirador de su obra, en la sede de Comisiones Mixtas de dicho sindicato.
Gámez, colaborador de la revista nacional “El Chamuco y los hijos de Averno” (http://www.elchamuco.com.mx/j16/)  le entra con la manga al codo a la política mexicana y no deja títere con cabeza, en el escenario de la convulsa actualidad social que sufre la nación de Benito Juárez y Lázaro Cárdenas. Con sus dibujos, hace realidad el pensamiento del escritor y luchador por la independencia de Cuba de la metrópoli española en el siglo XIX, José Martí, cuando decía que la sátira es un látigo con cascabeles en la punta.
El volumen, además de reunir la labor de tres años de sus caricaturas personales, principalmente de políticos mexicanos, y de ilustraciones de temas sociales, recoge diversas opiniones de dibujantes como Ángel Boligán,  Edgar Clément, Rafael Barajas “El Fisgón”, Darío Castillejos, Raúl de la Nuez,  Dalcio Machado, Turcios, Walter Toscano, León, Guaico,  entre otros artistas de distintas nacionalidades, sobre la obra de este autor.
Para Gámez,  la mirada de la persona dibujada es fundamental. No se trata de dibujar unos ojos, sino que esos ojos tienen que ser los del personaje en cuestión, y los que le confieran su identidad única. La mirada es el centro donde gravita la expresión del gesto y ella encierra la psicología del caricaturizado, y por tanto obliga a una elaboración más estudiada, más detenida. Y por supuesto el contexto en que coloca al personaje es determinante en la idea que quiere comunicar.
Por “Lejos de la línea” desfilan personajes como Obama, Carlos Salinas de Gortari,  Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto… vistos de una manera ácida y satírica. Pero también hay espacio para actores, músicos, caricaturistas y escritores  como: Carlos Fuentes, Mario Benedetti, Carlos Mosivais,  Fontanarrosa, Jodie Foster, Mick Jagger, Paul McCartney, Sting, Rius, Walter Fornero,  y otros.
Dos herramientas –expresa Gámez-  son básicas en mi trabajo: la información y el análisis. Sin ellas no seria posible arribar a la síntesis gráfica que es propia de la caricatura y, más aún, cuando el recurso del texto no es utilizado y toda la carga de contenido reposa en la imagen. Por ejemplo, -añade - la caricatura de Obama y Felipe  Calderón, a la sazón presidente mexicano,  es un enfoque satírico sobre la  ”Respetuosa relación bilateral  México- EEUU” en un momento en que se da a conocer la existencia del operativo Rápido y Furioso y la incursión de aviones norteamericanos en el espacio aéreo mexicano.  Por su parte, el cartón de Enrique Peña Nieto, actual presidente,  como un moderno Napoleón montado sobre un dinosaurio pero al revés,  es un conjunto de símbolos que ayudan a ironizar su discurso de “modernidad”, en contraste no sólo con  el uso de los viejos métodos de hacer política, sino con el retroceso que para las grandes mayorías, implica su proyecto de reformas estructurales.
Una visión crítica
La sátira –añade Gámez-  lleva implícita una visión crítica y toda crítica es un llamado de atención, una invitación a la reflexión. En el plano estrictamente social, la caricatura juega con un ánimo concientizador al mostrar las contradicciones de nuestro modo de vida. Ironiza con ingenio las inercias, los hábitos y la condición del individuo en las sociedades contemporáneas. Lo mismo aborda temas sobre la guerra,  la ecología y el calentamiento global,  que sobre igualdad, discriminación, asuntos de género, maltrato animal o sobre la influencia de las nuevas tecnologías en la vida cotidiana.  En el plano de las libertades políticas y sociales la observo como el ejercicio de un derecho civil que funciona como contrapeso a los excesos del poder.
La caricatura –puntualiza Gámez-  en los medios impresos goza de una gran tradición en México, son conocidos sus grandes exponentes y ha contribuido, en conjunto con el periodismo critico, a ganar y defender espacios para el ejercicio de la libertad de expresión aún en momentos difíciles en la historia del país y con los riegos que ello ha implicado y que sigue implicando. Sin embargo, no puede dejarse de lado la fuerte presencia de los monopolios televisivos que representan a su vez el monopolio de la información y cuya incidencia en la conformación de un público mayoritariamente acrítico, desinformado y manipulable ha resultado determinante en el México de nuestros días –, finaliza.