jueves, 24 de marzo de 2011

Amenazada la etnia de los huicholes

Armando Altamira G.

Los lugares donde se asientan  los huicholes son asediados por una compañía canadiense para explotar minerales y el narcotráfico también está invadiendo sus santuarios. Esto lo denunció recientemente un grupo de huicholes ante integrantes del comité ejecutivo del Sindicato de Trabajadores de la UNAM. Esta etnia es una de las culturas más interesantes, porque fueron las que heredaron de los chichimecas y su religión es solar.
     Enfrentan el problema de que sus sitios están siendo atacados, no han sido reconocidos por el gobierno federal ni por las instituciones. Peor aún, la amenaza que viven es la autorización del gobierno federal que otorga concesiones para la explotación de yacimientos de plata a una empresa canadiense en uno de sus santuarios, que es Virikuta.
    

Mauricio Ramírez, gobernador tradicional suplente de la comunidad indígena de San Andrés Coamiata, del estado de Jalisco, encabezó una delegación de huicholes que se hizo presente en el STUNAM. Antes  estuvo  en la Cámara de Diputados y fueron recibidos por las fracciones parlamentarias del PRD y PAN.
     Éstos los canalizaron con el presidente de la república, porque otros de los puntos que están denunciando los huicholes es que sus comunidades están siendo atacadas por el narcotráfico. La delincuencia  ha quemado y asaltado las tiendas Liconsa en El Mezquital, Durango, y  aterrorizado a la población.
     En San Andrés Coamiata, Jalisco, atacaron los Zetas y  les fueron robados vehículos. Continuamente las comunidades son agredidas por este tipo de delincuencia. Dijeron que aquí hay  zonas productoras de goma, de la amapola, y   mariguana. Contratan fuerza de trabajo, sin mezclar a los huicholes, y para que estos trabajadores no identifiquen esos lugares los asesinan.
     Lo que los huicholes piden, entre otras cosas, es reforzar sus órganos de seguridad, que son los tupiles. Estos son el equivalente a la policía. Cuentan con comunicaciones y con vehículos para reforzar su policía comunitaria, tanto para resguardar la disciplina interna como para que se defiendan de las bandas organizadas.
     El objetivo de nuestra presencia en la ciudad de México, dijo Mauricio Ramírez, es para plantear algunas de las necesidades más prioritarias de la comunidad. Venimos a pedir su apoyo para la defensa de Virikuta. Para nosotros, los huicholes, los lugares que habitamos están en San Blas, Nayarit, Chapala, Jalisco, el Mezquital, Durango, Virikuta o Real del Catorce en San Luis Potosí. Lo que queremos es que se nos respeten los lugares sagrados ya que son de suma importancia para nosotros los huicholes

Durante la XXII Jornadas de las mujeres en la Zona Cultural 2011

Liliana Goñi comentó el libro de Clara Coria:
“Las negociaciones nuestras de cada día”

Antonio Muñoz M.

Dijo una mujer: Me casé muy joven y junto con la maternidad me fui enterando de quién era. Una no aprende a negociar porque en nombre del amor tiene que pensar en los otros antes que en una, aceptar la dependencia como natural y dar incondicionalmente sin esperar retribución.
   

  Con esta frase inició Liliana Goñi, trabajadora del Instituto de Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación,  su charla sobre el libro “Las negociaciones nuestras de cada día”, durante la XXII Jornada de las Mujeres, realizada en la Zona Cultural de Ciudad Universitaria para conmemorar el Día Internacional de la Mujer del 7 al 15 de marzo.
     Agradeció a todas aquellas mujeres que se han tomado el tiempo para organizar el evento y en especial a Luz María por invitarla a tomar esta aventura, a compañeras de trabajo, amigas y familiares por darle la oportunidad para  escucharse  y  aprender.
     Entrando al tema, dijo que este libro ha marcado su vida y le ha propuesto retos, pues la autora, Clara Coria, lo escribió desde una perspectiva de género, enfocada a la problemática femenina. Sin embargo, ello no margina a los varones pues sostiene que lo que afecta a una mitad de la humanidad necesariamente afecta a la otra.
     Sorpresa, expresó Liliana Goñi, al descubrir que a no pocas mujeres con reconocida experiencia  en los ámbitos políticos y empresariales se nos  dificulta defender los intereses personales. “Soy una leona para negociar  intereses ajenos y una liebre asustadiza para defender los propios”.
     Estimó que las negociaciones no se reducen al ámbito exclusivo de la economía, lo comercial y lo político.  Las circunstancias de la vida cotidiana  ponen en situación de tener que negociar desde la mañana hasta la noche con la familia, con nuestras amistades, con nuestros compañeros sexuales y con nosotros mismos.
     Muchos de nosotros negociamos sin advertir que lo estamos haciendo y… entonces lo hacemos mal. Advirtió que hay quienes evitamos negociar y  nos convertimos en corresponsables pasivos de lo que sucede a nuestro alrededor.
Apuntó que si se tuviera que definir  lo que se entiende por negociación,  resumiría: “ las negociaciones no son ni más ni menos que todas aquellas tratativas con las que intentamos lograr acuerdos cuando se producen divergencias de intereses y disparidad de deseos”.
     Es inevitable que existan divergencias, porque si bien  los seres humanos somos semejantes en nuestras necesidades profundas, también somos totalmente únicos en nuestra modalidad para satisfacerlas.
     Las negociaciones suelen ser mucho más conflictivas cuando surgen en situaciones donde los afectos ocupan un lugar destacado, lo cual sucede con mayor frecuencia en el ámbito privado. Es allí donde los afectos se convierten en el eje que da sentido a las relaciones, pero también es allí donde se suele aplicar la lógica de los afectos de manera indiscriminada y generar así  graves confusiones.
     Con  frecuencia se confunde  querer bien con ser condescendiente, amor con servidumbre, solidaridad con altruismo. Estas confusiones son a menudo origen de grandes dificultades para llevar a cabo las negociaciones en este ámbito. Es frecuente comprobar que muchas mujeres preferimos ceder antes que negociar para “mantener la armonía del hogar”.
     El ceder abre la puerta a las condescendencias que terminan convirtiéndose en sumisiones. Es resultado de múltiples violencias invisibles. Violencias que, por ser tan habituales, terminan naturalizándose y pasan inadvertidas.
     En resumen, por miedo muchas de nosotras cedemos espacios, postergamos proyectos, hacemos concesiones innecesarias, toleramos dependencias, silenciamos opiniones y asumimos unilateralmente la responsabilidad de la armonía familiar.
     Las negociaciones con los hijos suelen ser unas de las más difíciles porque, entre otras cosas, ponen en evidencia la incondicionalidad materna. Sabemos que negociar es pactar, condiciones y valorar las propias necesidades tanto como las ajenas.
     A partir de la identificación Mujer=Madre, los atributos adscritos a la maternidad son transferidos a la mujer y por consecuencia surgen actitudes tales como: tolerancia extrema, renunciamiento y autopostergación.
     Al sostener que la maternidad constituye la “esencia” de la feminidad eso nos convierte en referente principal de la identidad de género, y por lo tanto se han incorporado al imaginario social, contribuyendo a consolidar mitos que se convierten en serios obstáculos para negociar

No funciona la Comisión de Personal de Honorarios

Armando Altamira G.

Hace dos años que esta Comisión no funciona. El personal de honorarios es una figura que, de manera permanente, la Universidad ha utilizado para traer a laborar a sus familiares, compadres y amigos, dice para Unión  Salomón Duarte Arellano, de la Comisión Mixta Transitoria Permanente para el Análisis del Personal de Honorarios. No para desarrollar las funciones sustantivas de la institución sino para derrochar los recursos de la misma.
    
 Comúnmente, ese personal lo integran a las áreas donde existe el trabajo administrativo. No desarrollan los servicios profesionales por los cuales ellos fueron contratados y que, en su momento, la propia CMTPAPH ha autorizado. Presentan la cedula del puesto de la actividad que va a desarrollar el trabajador. Pero resulta que en lugar de hacer labores de la dependencia, están desarrollando actividades administrativas. Invaden, con esto, la materia del personal administrativo y violentan prácticamente todas las funciones que se tiene incorporadas en el catálogo de puestos para el personal administrativo de base. 
     Con lo anterior se impide la posibilidad de contratación del personal que se requiere en la dependencia para realizar los trabajos como son secretarias, analistas, mensajeros, intendencia, etc. En toda la Universidad se da este tipo de invasión de la materia de trabajo.
     Desde 1991 se han firmado convenios con las autoridades, pero en la práctica no son funcionales. En los convenios se establece muy claramente por qué causa la Universidad únicamente podrá contratar a este tipo de personal de honorarios, por servicios profesionales. Y cuando nosotros revisamos el perfil del aspirante, y la cedula que nos presenta la propia administración de las dependencias, integran actividades muy profesionales como son proyectos de investigación y otros tipos de trabajos de índole profesional.
     Cuando nos negamos como sindicato de la CMTPAPH, se nos desconoce el argumento. Y Jaime Bastamente, por parte de las autoridades e integrante de la Comisión dice: si ustedes no quieren avalar esta contratación nosotros de todas maneras lo vamos a contratar. Ahí se acaba toda posibilidad de entendimiento institucional.
     Reiteramos que hace dos años que esta Comisión no funciona. Por eso interrumpimos las sesiones y firmamos el acuerdo que procederíamos de tal manera y así lo hicimos. Y que las reanudaríamos hasta contar con bases de operación firmes. La administración necesita obligarse a cumplir con los convenios y con toda la reglamentación que se tiene firmada de manera bilateral.  (Continuará)