lunes, 3 de marzo de 2014

El IIS, en un punto crítico

J. César Domínguez Galván, texto y foto.-La UNAM, siempre lo hemos dicho, es uno de los patrimonios sociales y culturales más valiosos que tiene nuestro país. Los últimos dos rectores se han encargado de darle a nuestra Máxima Casa de Estudios un impulso y una solidez que la ponen a la altura de las mejores del mundo. No obstante, algunos de sus administradores parecen empecinados en echar por tierra esos esfuerzos, sobre todo cuando de relaciones laborales se trata. Tal es el caso del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS).

Y es que la base trabajadora de esa dependencia ya está cansada de los continuos atropellos de parte de los funcionarios que la (mal)administran. Desde restricciones para que algun@scompañer@s utilicen como mejor consideren sus días de vacaciones adicionales hasta poner a oficiales de servicios administrativos a atender servicios de café (algo que claramente no está contemplado en sus funciones): en dicho centro de trabajo parecen que no conocen (o no re-conocen) el Contrato Colectivo de Trabajo (CCT). Eso, simplemente, es querer generar problemas donde no los hay…bueno, donde no los había.

Estos conflictos laborales pueden generarse, básicamente, por dos motivos: acción u omisión. Ambos tienen nombre y apellido: las acciones las lleva a cabo la licenciada Juana Esquivel Flores, Secretaria Administrativa; de las omisiones se encarga el doctor Manuel Perló Cohen, titular del IIS desde octubre del año pasado. Las violaciones al CCT, en palabras Edith Quijano Reyes y Omar Vallejo Martínez, delegados sindicales de dicha dependencia, “ya vienen de tiempo atrás, pero se han agudizado porque el actual director no ha prestado atención a nuestras inconformidades”.

“Tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe”, reza el proverbio popular. Eso es justamente lo que ha ocurrido en dicho Instituto y, al hallar oídos sordos de parte de su administración a la situación tan contraria a un ambiente idóneo para laborar, los delegados sindicales se presentaron ante el Consejo General de Representantes en su sesión del 14 de febrero de 2014 no sólo para denunciar estos atropellos, sino para presentar un plan de acción que incluye la pega de carteles y, de ser necesario, el cierre parcial o total de la dependencia. Para esto solicitaron –y seguro les será otorgado– el apoyo de las áreas pertinentes del Comité Ejecutivo  en el ánimo de resolver esta problemática lo antes posible y de la mejor manera.

Y la pregunta que flota en el ambiente cada vez que nos enteramos de situaciones como éstas es ¿qué les hace creer a los funcionarios universitarios que pueden hacer y deshacer en el centro de trabajo en donde son empleados? ¿Acaso les toma mucho tiempo darle una leída al Contrato Colectivo de Trabajo? ¿Acaso no se dan cuenta que un ambiente laboral armonioso genera mejores resultados? Entiéndalo de una buena vez: ustedes son ad-mi-nis-tra–do-res, no dueños de la UNAM; y el Contrato Colectivo de Trabajo y los diversos documentos firmados bilateralmente son de aplicación, no de interpretación. Siguiendo estas dos premisas se podrían evitar demasiados problemas laborales. Pero allá ustedes, que –se supone- son personas con una alta preparación académica y un gran sentido de servicio hacia la UNAM; si esto llega a más, luego no digan que no se les advirtió.


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