miércoles, 22 de junio de 2011

Naturaleza y ecología Unión 941

Alberto Pulido A.

Grandes parvadas de tordos de “ojos rojos” en CU y Fuentes Brotantes

El sábado y domingo pasados me toco “pajarear” –pasatiempo de cazar aves con binoculares y cámaras fotográficas– en el Jardín Botánico de CU y en el Parque Nacional de Fuentes Brotantes. A pesar del intenso calor y el fuerte sol que se presentaron, puedo decir que fueron dos buenos días para observar aves, destacando la observación de decenas de tordos de ojos rojos (Molothrus aeneus) con los que me tope en ambos lugares; todos estos muy alborotados ya que se encontraban –como la mayoría de pájaros lo hacen en estos momentos primaverales- en pleno cortejo.
     El tordo de ojos rojos, al igual que las demás especies de tordos, posee una coloración negra en sus plumas –no confundirlos con los escandalosos zanates– siendo su característica fundamental la coloración de rojo intenso que poseen en sus ojos. Pueden ser observados en gran número sobre la amplias extensiones de pasto que se encuentran en la entrada de autos a la Unidad de Seminarios Dr. Ignacio Chávez, donde pueden ser vistos en momentos en que con mucho calculo se encuentran entre la tierra buscando lombrices que forman parte importante de sus dietas.
     Los machos son más grandes que las hembras y les gusta esponjarse y danzar cuando están en momentos de cortejo; observarlos es todo un espectáculo y para quien los presencia sin duda es un momento muy relajante, que te hace olvidarte del ajetreo citadino y del stress característico de los que habitamos las grandes ciudades.
     Otra característica de ese pájaro es que suele dejar sus huevos en nidos ajenos para que otras aves los empollen, razón por la cual se les llama seres alados oportunistas, parásitos y hasta  desnaturalizados. Es una especie residente y puede ser observada en todo el territorio mexicano a excepción de los estados de Baja California, Coahuila y partes de Nuevo León, San Luis Potosí y Tamaulipas.
     Según la Guía de Campo de aves de México de los naturalistas y ornitólogos norteamericanos Roger Tory Peterson y Edward L. Chalif, en territorio mexicano podemos observar diez especies de tordos, destacando por su belleza el tordo aliamarillo (Cassiculus melanicterus), el tordo cabeciamarillo (Xanthocephalus xanthocephalus) y el tordo sargento (Agelaius phoeniceus), tres especies que poseen de entre su plumaje obscuro coloraciones amarillas en cabezas, alas, rabadillas y colas, características que las hacen muy atractivas a la vista.
     Durante esos dos días de pajareo también pude observar en los pastizales del Jardín Botánico de la UNAM, haciéndole compañía a los tordos, en busca de frenética de alimento, a otras aves como el picogordo azul (Passerina caerulea) y la primavera real (Turdus migratorius) y en Fuentes Brotantes, entre los humedales a los pequeñuelos nerviosos y melodiosos zorzales cantores (Melospiza melodía) y al muy atractivo pico curvo cuitlacoche común (Toxostoma curvirostre) que pude observar muy bien parado en ramas altas de los arboles observando el panorama.
     Sin duda la observación de aves o pajareo es uno de los pasatiempos muy gustado por mi persona, el cual me ha obligado a hacerme de una biblioteca amplia sobre el tema y del seguimiento de un buen número de páginas de internet mexicanas y extranjeras que abordan la ornitología. Esos gustos son como filtros mentales que ayudan a drenar preocupaciones, malas pasadas y mucho estrés que son características de los que estamos sobreviviendo en las grandes ciudades; y si tenemos la oportunidad de contar en la Ciudad de México con sitios como los narrados en este texto, donde todavía la naturaleza se encuentra desbordante y protagónica, pues adelante, aprovechemos las oportunidades y salgamos a caminar y observar lo natural. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario