martes, 22 de noviembre de 2011

Feminalia UNIÓN 958

Aceptan “errores” en los feminicidios.
En medio de reclamos por feminicidios, el Gobierno federal pidió “perdón” por omisiones y actos de negligencia en las investigaciones de los crímenes de tres jóvenes registrados hace casi 10 años en el llamado "campo algodonero" de Ciudad Juárez.
     En el lugar donde se hallaron ocho cadáveres en el año 2001, en el cruce de las avenidas Paseo de la Victoria y Ejército Nacional, autoridades de los tres niveles encabezaron el acto de reconocimiento de
responsabilidad internacional y develaron el monumento en memoria de las
víctimas.                                                                                           
     "Reconocemos la responsabilidad por todos esos actos y omisiones que nunca debieron tener lugar porque fueron actos de violencia, discriminación e irresponsabilidad del Estado mexicano en su conjunto, cuya consecuencia fue la pérdida de vidas humanas y devastación de familias enteras", dijo Felipe Zamora Castro, subsecretario de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación.    
     "Por ello pedimos perdón. Tenemos obligación de investigar estos delitos y no nos referimos sólo a los homicidios, sino también a las inconsistencias, errores y actos de negligencia cometidos por los servidores públicos a cargo de las investigaciones", agregó el funcionario mientras familiares de víctimas gritaban a lo lejos "¡justicia!", "¡justicia!" 
     El acto público forma parte del cumplimiento a la sentencia que emitió la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en 2009 en contra del Estado mexicano en el caso denominado "Campo algodonero". La Corte encontró culpable a México por la falta de medidas para proteger a Laura Berenice Ramos, Claudia Ivette González y Esmeralda Herrera Monreal, cuyos cuerpos fueron los únicos que se pudieron identificar de entre los ocho cadáveres localizados entre el 6 y 7 de noviembre de 2001.                                                                                 
     Las señoras Benita Monárrez, Josefina González e Irma Monreal, quienes promovieron la denuncia ante la Corte IDH por los homicidios de sus respectivas hijas, no asistieron a la ceremonia por considerar que no se cumplieron sus demandas. Sin embargo, al evento acudieron familiares de otras jóvenes desaparecidas, quienes en ocasiones llegaron a interrumpir los discursos de los funcionarios, entre ellos la Secretaria de Gobierno, Graciela Ortiz González, quien acudió en representación del Gobernador de Chihuahua, César Duarte; y Héctor Arcelús, Secretario del Ayuntamiento.                              
      "No queremos mausoleos. Queremos líneas de investigación para saber dónde están nuestras hijas y quién las mató", externó José Luis Castillo, padre de Esmeralda Castillo, quien desapareció en mayo de 2009. Ante los reclamos de justicia, Ortiz González expresó que las autoridades están conscientes de que ninguna explicación será suficiente y, por ello, más allá de los discursos y quejas –dijo– es necesario el esfuerzo conjunto sociedad y gobierno.
     Sin embargo los padres y madres de las jóvenes desaparecidas reclamaron: "¿Cómo puede ser posible que en la Fiscalía ni siquiera haya internet, ni siquiera haya líneas de investigación, tenemos 14 agentes para investigar, cuando tenemos 158 niñas perdidas. De 14 agentes, cuatro están incapacitados. ¿Por qué este circo de venir a inaugurar un mausoleo? ¿De qué se trata? ¿Cada que encuentren un grupo de niñas muertas le van a hacer una placa?", reclamaron.
     Arcelús les indicó que el crimen de una mujer duele a todos y que estaban ahí por la resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La respuesta no se hizo esperar:   "Usted me está diciendo una Corte Interamericana. ¿Tuvo que intervenir una Corte Interamericana para que tomaran cartas en el asunto, señor?"
"Como dicen mis compañeras: 'vivas se las llevaron, vivas las queremos'", agregaron.                                     
     Y yo lo refrendo: Vivas se las llevaron, vivas las queremos.

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